CADA UNO DA, LO QUE TIENE EN SU
CORAZÓN.
Laurita, una joven muy pobre, iba a
cumplir 15 años y decidió festejarlo e invitar a sus compañeros del colegio.
Para esto ahorró dinero por mucho tiempo.
Al enterarse sus amigos de la fiesta,
decidieron hacerle una broma.
Dentro del grupo estaba Pedrito, el
líder, era el que se divertía mofándose de todos. Les dijo que se encargaría
personalmente de preparar el regalo.
Llenó una caja muy bonita con basura y
desperdicios mal olientes, la envolvió con papel dorado, le puso un gran moño y
una tarjeta con agradables palabras.
Llegó la hora del brindis, le cantaron
el Feliz Cumple y fue el momento que Pedrito en representación de todos le
entregó el regalo.
Laurita, que estaba disfrutando la
fiesta de una manera increíble, abrió la caja con ilusión delante de los
presentes, entonces se encontró con la gran sorpresa. Pedrito y sus compinches
se rieron y se burlaron haciendo comentarios desagradables y humillantes.
Sin desdibujarse la sonrisa de su cara,
Laurita le pidió a Pedrito que la esperara un momento. Ella se retiró por unos
minutos de la fiesta, tiró la basura, limpió la caja, la llenó de flores y la
envolvió con el mismo papel. Al entrar al salón, todos se quedaron sorprendidos
de su actitud.
Fue al encuentro de Pedrito, con mucho
cariño y dulzura le dijo: -Este es mi regalo para ti.
Expectantes y en silencio los
presentes, pensaron que la devolución de la broma iba a ser más pesada. Este
con manos temblorosas, abrió la caja y para su sorpresa, le preguntó: -¿Qué significa
esto. A lo que ella le contestó:
No te entristezcas con la actitud de algunas personas. No pierdas tu serenidad. La ira perjudica la salud y el rencor envenena el corazón.
Domina tus emociones negativas. Sé
dueño de ti mismo. No arrojes leña al fuego de tu frustración. No pierdas la
calma. Piensa antes de hablar y no cedas a tus impulsos, por muchas razones que
tengas.
"Alimentar el resentimiento, es
como aquél que toma veneno y espera que muera otro".
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