viernes, 30 de junio de 2017

La historia del hombre que recorrió el mundo en silla de ruedas

A los 11 años, Enrique Plantey sufrió un accidente en el que fue el único sobreviviente y perdió a su papá y a su hermano; se prepara para competir en esquí adaptado en los Paralímpicos de Corea 2018; de una silla de ruedas creó una bicicleta. 
Por Manuela Parajuá.  LA NACION.

La historia del hombre que recorrió el mundo en silla de ruedas
Tenía 11 cuando su vida cambió de perspectiva. Enrique Plantey (34) estaba con su hermano Nicolás y su papá en un viaje de Neuquén capital al campo. Cuenta que se encontraron con una familia amiga y frenaron en la banquina para conversar. "Pasó una camioneta, se le levantó el capó, maniobró mal para ese lado y nos pisó", relató Enrique en una entrevista con LA NACION.
Para él lo que sucedió fue obra del destino. "Estaba escrito, está claro... Fue un accidente muy casual, en una ruta en la que no había mucha gente", describe. "Dios me dejó a mi vieja que es el motor de la familia".
Enrique despertó cuatro días después y allí se enteró de que su papá y su hermano menor habían muerto en el accidente y que él, el único sobreviviente al accidente, ya no podría caminar. Ahí vio por primera vez la silla de ruedas y se tomó esa situación como un juego: "La primera vez que vi la silla de ruedas fue con ganas de subirme, realmente. Quería salir de la cama, era una diversión para mi".
"Me había tocado la mejor parte; tengo una familia gigante y muy compañera y amigos de fierro entonces fue muy fácil empezar a acostumbrarme a manejarme en silla de ruedas", sostiene y, tras vivir veinte años sobre ruedas, afirma que cada vez confirma más "que es un aparato para trasladarse y nada más, no es algo que debería llamar tanto la atención".
Enrique pudo salir adelante luego de un viaje a Cuba que hizo con su mamá. Allí se sumergió en una terapia de recuperación física muy intensa en el que el foco estaba en trabajar con el cuerpo acompañado, constantemente, de un kinesiólogo. Durante cuatro meses, entrenó ocho horas todos los días menos los domingos y así logró "conocerse".
Explica: "Me ayudó a tener mucha consciencia sobre el cuerpo, a aprender a comer bien porque había engordado mucho y, sobre todo, fue un antes y un después porque volví súper motivado con el deporte".
En el colegio entrenó en carreras, básquet, voley, handball, natación, jabalina y ping-pong y, más adelante, fue descubriendo sus pasiones: el esquí y andar en bicicleta.
A su primer contacto con el esquí adaptado lo tuvo aproximadamente a los 14 años cuando, en un viaje a San Martín de los Andes, un hombre lo invitó a probar esa experiencia. "No me bajé más", dice y cuenta que se está preparando para representar, una vez más, a la Argentina en los Juegos Paralímpicos de Invierno que se desarrollarán el año que viene en Corea.
Para él, su misión "es disfrutar la vida" y sostiene que eso es lo que intenta hacer todos los días: buscar la plenitud. "Todavía no encontré mi techo", dice este estudiante de Derecho que trabaja en el Consejo de la Magistratura de la ciudad de Buenos Aires.
Enrique es uno de los ganadores de los premios Bienal de ALPI que busca reconocer a aquellas personas con discapacidad motriz que son ejemplo de vida. Sin embargo, pese a que agradece el premio, con convicción y fuerza en sus palabras, dice que no hace nada para "demostrar que puede", sino que para sentirse pleno.
Y sostiene que "la discapacidad es muy social" y que para cambiar la mirada es importante que las personas con discapacidad salgan a la calle. Para eso creó, junto a su socio Mariano -que también está en silla de ruedas- 3pi Mobility: un dispositivo que transforma cualquier silla de ruedas en una bicicleta. "Lo que más me gusta de la bicicleta es la visión del tercero, es increíble lo que cambia la visión de la gente cuando te ve", cuenta.
Enrique está en constante movimiento. En 2010, junto a un amigo, dio la vuelta al mundo "siguiendo al sol" durante todo un año y dejó su experiencia plasmada en el blog que hicieron juntos llamados Neuquinos por el mundo. Así hizo que 25 países de cuatro continentes fueran testigos de su andar.

¿Qué es un ACV?

El ataque cerebral o accidente cerebrovascular se
produce por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral o por el sangrado en el cerebro que provoca la muerte o el debilitamiento de las neuronas.
 Algunas consecuencias del accidente cerebral pueden ser parálisis, problemas en el habla, pérdida de la sensibilidad, alteraciones de la memoria, deficiencias en la capacidad de razonar, y, en algunos casos, la muerte.
De todos modos, las probabilidades de muerte y discapacidad pueden reducirse considerablemente ante el reconocimiento temprano de los signos de un ataque cerebral, acompañado de una inmediata atención médica.

 Prevención
 Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, sí se puede disminuir la probabilidad de sufrir un evento. Las siguientes medidas pueden disminuir el riesgo:
 Controles médicos regulares.
 Control estricto de la presión arterial. Los valores deben ser menores de 135/85 mmHg. Para aquellos que ya han sufrido un ataque cerebral o que son diabéticos, los valores máximos tolerados son 120/80 mmHg
 No fumar.
 Optimizar la dieta: menos grasas, sal, alcohol y exceso de calorías en general.
 Ejercicio bajo supervisión médica.
 Control estricto de la diabetes.
 Control y tratamiento de las enfermedades del corazón, problemas valvulares y arritmias cardíacas.
 Consulta inmediata al neurólogo vascular ante la sospecha de alguno de los síntomas del ataque cerebral.

 Factores de riesgo
 Los factores de riesgo pueden clasificarse en:
A). No Modificables
 La intervención médica no disminuye su impacto, pero ayuda a reconocerlos para poder identificar individuos con mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral y así realizar una prevención temprana.
 Edad: el riesgo de sufrir un ataque cerebral se duplica a partir de los 55 años de edad.
 Sexo: los hombres tienen mayor riesgo con respecto a las mujeres.
 Antecedentes familiares de ataques cerebrales: las personas con antecedentes familiares de enfermedad coronaria o cerebrovascular constituyen un grupo de mayor riesgo.
 Antecedentes personales de ataques cerebrales: el hecho de haber sufrido un ataque cerebral o accidente isquémico transitorio es el factor de riesgo más potente para volver a sufrir otro. Este grupo requiere un seguimiento estricto por profesionales expertos.
B). Modificables
 Hipertensión Arterial: la hipertensión arterial es el mayor factor de riesgo para el ataque cerebral. Está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico en la Argentina.
 Cigarrillo: el riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores y el impacto es mayor en mujeres.
 Diabetes: las mujeres diabéticas tienen un riesgo 3 veces mayor de sufrir un accidente cerebrovascular que las no diabéticas. Para los hombres diabéticos, el riesgo es un 80% mayor.
 Fibrilación auricular: es más frecuente en personas mayores de 60 años y es la principal causa de embolias cerebrales originadas en el corazón. Los pacientes deben recibir un tratamiento preventivo con anticoagulantes orales o aspirina. El riesgo es aún mayor en quienes fueron operados de una válvula cardíaca y en quienes tuvieron fiebre reumática.
 Alcoholismo: el consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.
 Colesterol elevado: si bien el colesterol elevado es un claro factor de riesgo para la enfermedad coronaria y el infarto cardíaco, su relación con el accidente cerebrovascular no es tan clara.
 Anticonceptivos orales: sobre todo aquellos que contienen altas dosis de estrógenos.
 Migraña: el riesgo de sufrir un ataque cerebral parece estar aumentando en individuos que sufren migrañas o jaquecas. Esta situación se ve potenciada en mujeres que además toman anticonceptivos orales y fuman.
 Sedentarismo: son consideradas sedentarias las personas que no realizan actividad física o que lo hacen por menos de media hora, 3 veces por semana.
 Drogas ilícitas: la cocaína y otras drogas se asocian a una mayor frecuencia de accidentes cerebrovasculares.
 Obesidad: la obesidad es un factor de riesgo importante y su presencia potencia el riesgo de otros factores. El perímetro abdominal es un factor de riesgo recientemente identificado.

 Diagnóstico
 Se realizan múltiples pruebas de diagnóstico para determinar el tratamiento; según cada caso se efectúan:
 Interrogatorio y examen neurológico. El papel del neurólogo vascular es fundamental para determinar el riesgo.
 Estudios cerebrales por imágenes: tomografía computada o resonancia magnética (para determinar el tipo de ataque, ubicación y magnitud)
 Evaluación del flujo sanguíneo y de los lugares de sangrado:
 angiografía por resonancia magnética, doppler de vasos de cuello y/o transcraneal
 Análisis de sangre para detectar alteraciones de la coagulación.
 Electrocardiograma o ecocardiograma para identificar fuentes cardíacas de coágulos que pueden viajar hacia el cerebro.

 Tratamiento
 Es fundamental actuar con urgencia. Los tratamientos funcionan únicamente cuando son aplicados en las primeras horas posteriores al comienzo de un ataque cerebral. La droga utilizada para disolver coágulos, el tPA (activador tisular del plasminógeno), debe administrarse dentro de las primeras tres horas.
 El neurólogo o el médico de emergencias debe examinar cuidadosamente al paciente para determinar su condición y las causas del ataque cerebral.
 Si el accidente cerebrovascular es causado por una obstrucción del flujo sanguíneo cerebral, el tratamiento indicado puede incluir:
 Drogas que disminuyen la viscosidad de la sangre:
 anticoagulantes (acenocumarol) y antiagregantes plaquetarios
 (aspirina, aspirina/dipiridamol de liberación prolongada o clopidogrel)
 Drogas que fragmentan los coágulos (tPA)
 Cirugía que limpia el interior de los vasos sanguíneos:
 endarterectomía o angioplastia
 Si el ataque es causado por sangrado (hemorrágico), el tratamiento podría incluir:
 Drogas que mantienen el nivel de coagulación normal
 Cirugía para remover sangre del cerebro o para disminuir la presión.

 Signos de alarma
 Los más frecuentes son:
 Adormecimiento, hormigueo o debilidad repentinos en la cara, brazo o pierna, especialmente de un solo lado del cuerpo.
 Confusión súbita, problemas para hablar o para entender.
 Alteración súbita de la vista en uno o ambos ojos.
 Severos y repentinos dolores de cabeza de máxima intensidad.
Recomendaciones para tener en cuenta:
 Anote el momento en que los síntomas comenzaron. A veces ocurren durante unos pocos minutos y luego baja su intensidad. Aunque crea que está mejorando, no dude en solicitar ayuda inmediata y recordar exactamente cuándo comenzaron.

 Rehabilitación
 La rehabilitación ayuda a restaurar las funciones perdidas por el daño causado por el accidente cerebrovascular. Durante esta etapa la mayoría de los pacientes logran mejorar su condición, pero a diferencia de otras células, las neuronas no se recuperan totalmente y no se reemplazan. De todas maneras, el cerebro humano se adapta fácilmente a los cambios y los pacientes pueden aprender nuevas formas de funcionar, utilizando otras neuronas que no están dañadas.
 Es un momento lleno de desafíos que tanto el paciente como la familia deben enfrentar en conjunto con los médicos y el equipo de rehabilitación (fisioterapeutas, kinesiólogos, fonoaudiólogas, terapistas ocupacionales, psicólogos, etc.)
 Actualmente se lleva a cabo un esfuerzo masivo en todo el mundo que involucra a miles de científicos que estudian todos los aspectos del ataque cerebral: factores genéticos, nuevas herramientas para detectarlo con anticipación, drogas y técnicas para prevenir o reducir su incidencia, drogas para mejorar la recuperación, nuevas vías para destapar los vasos sanguíneos, mejores métodos para la prevención y la rehabilitación.
 El avance más significativo en el estudio del ataque cerebrovascular ha sido el entendimiento y la prevención de las causas del accidente y los cuidados de emergencia.

Fuente: www.fundacionfavaloro.org/educa_IN_ataq_cere.htm -
Av. Belgrano 1746, (C1093AAS) Buenos Aires, Argentina
 Teléfonos: (54-11) 4378-1200/1300.
© Fundación Favaloro

Litto Nebbia con Iván Noble

Nueva zamba para mi tierra
https://youtu.be/mQqY2KAjMwM

martes, 20 de junio de 2017

Cuantos años tengo... (José Saramago)

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa éso!
Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello. Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven... no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... Valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.

José Saramago
Premio Nobel de Literatura 1998

¿Por qué tenemos las "manos frías" en invierno?

El síndrome de Raynaud es una enfermedad que puede provocar este síntoma. ¿Qué es y por qué se produce?

Con la llegada del frío muchas personas tienen las manos frías, esto se debe a que al igual que los pies son extremidades que están alejadas del corazón, por lo que la frecuencia sanguínea no es la misma que en el centro del cuerpo (tórax y abdomen).
Ciertas partes del cuerpo son más sensibles al frío que otras porque la sensación de calor que provoca la fluidez de la sangre es menor en éstas.
Algunas personas explican sus manos frías por una “mala circulación”, aunque pueden ser varias las razones por las que esto suceda.
Podría tratarse del síndrome de Raynaud, un trastorno poco frecuente de los vasos sanguíneos que afecta generalmente los dedos de las manos y los pies. Existen dos tipos de la enfermedad: primaria, de la cual no se conoce la causa, y secundaria, generada por lesiones, otras patologías o ciertas medicinas.
Esta enfermedad provoca un estrechamiento de los vasos sanguíneos cuando la persona siente frío o estrés. Al ocurrir, la sangre no puede llegar a la superficie de la piel y las áreas afectadas se vuelven blancas y azules. Cuando el flujo sanguíneo regresa, la piel se enrojece y tiene una sensación de palpitación o de hormigueo.
“En casos crónicos, pueden aparecer lesiones por falla en la llegada de sangre o sabañones (eritema pernio)”, advierte el doctor Daniel Roberto Onorati, Presidente del Congreso Argentino de Flebología y Linfología (MN. 60.380).
Las personas en climas más fríos tienen una tendencia mayor a desarrollar este cuadro. También es más común en mujeres, en quienes tienen familiares con esta enfermedad y en aquellas mayores de 30 años.

Algunos tips para evitar que se desencadene un episodio
- Lavate con agua tibia, no uses temperaturas extremas, ni muy fría ni muy caliente.
- Tomá precaución al hacer deportes.
- Mantené manos y pies calientes en los climas fríos, con guantes y medias térmicas. Usar guantes es una buena medida para proteger las manos.
- Evitá trabajos manuales como martillar, tejer etc. Si lo hacés, llevalo a cabo con las manos elevadas.
- Eludí los desencadenantes como ciertos medicamentos y el estrés.

Informe: Jorge Guillermo Berón

20 de junio - Día de la Bandera

El 20 de junio de 1820 moría en Buenos Aires Manuel Belgrano en la pobreza extrema, asolado por la guerra civil. Además de ser el creador de la bandera, Belgrano fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, entre otras muchas cosas. Las ideas innovadoras de Belgrano quedarán reflejadas en sus informes anuales del Consulado.
Hemos elegido para recordarlo en esta fecha, una de sus preocupaciones centrales en materia económica: el fomento de la agricultura y de la industria.
Belgrano desconfiaba de la riqueza fácil que prometía la ganadería porque daba trabajo a muy poca gente, no desarrollaba la inventiva, desalentaba el crecimiento de la población y concentraba la riqueza en pocas manos. Su obsesión era el fomento de la agricultura y la industria.
El secretario del Consulado proponía proteger mediante la subvención las artesanías e industrias locales. Consideraba que “la importación de mercancías que impiden el consumo de las del país o que perjudican al progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación”.
En "Memoria al Consulado 1802", presentó todo un alegato industrialista: "Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no sólo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas".
Y más tarde insistiría: "Ni la agricultura ni el comercio serían casi en ningún caso suficientes para conseguir la felicidad de un pueblo si no entrase a su socorro la oficiosa industria".

Las ideas innovadoras de Belgrano encontraron la firme oposición de los miembros del Consulado, quienes eran a su juicio “todos comerciantes españoles, exceptuando uno que otro, que nada sabían más que su comercio monopolista, a saber: comprar por cuatro para vender con toda seguridad a ocho”.
En un artículo aparecido en el Correo de Comercio, Belgrano destacaba la imperiosa necesidad de formar un sólido mercado interno, necesario para una distribución equitativa de la riqueza: "El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede ésta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio".
"Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación, porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, tanto para el creador como para el consumidor, de lo que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa".
Belgrano se había formado en el Colegio de San Carlos y luego en las Universidades de Salamanca y Valladolid, en España. En 1794, asumió como primer secretario del recientemente creado Consulado, desde donde se propuso fomentar la educación. Creó Escuelas de Dibujo, de Matemáticas y Náutica. Se incorporó a las milicias criollas para defender la ciudad durante las invasiones inglesas y fue uno de los más fervorosos defensores de la causa patriota durante la Revolución de Mayo. Fue vocal de la Primera Junta de Gobierno, encabezó la expedición al Paraguay, durante la cual creó la bandera, el 27 de febrero de 1812.
En el Norte encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán, Salta y Las Piedras. Luego vendrían las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y su retiro del ejército del Norte. En 1816 participó activamente en el Congreso de Tucumán. Sus incansables preocupaciones abarcaron desde la enseñanza estatal gratuita y obligatoria, hasta la reforma agraria. Infatigable ante los obstáculos encontrados a su paso diría: "Mi ánimo se abatió, y conocí que nada se haría a favor de las provincias por unos hombres que por sus intereses particulares posponían el bien común. Sin embargo, (…) me propuse echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos".

El Congreso Nacional sancionó el 8 de junio de 1938, una ley que fija como Día de la Bandera y lo declara feriado nacional, el 20 de junio, aniversario de la muerte de su creador, el General Manuel Belgrano.
De acuerdo a lo establecido en el decreto 10.302 del 24 de abril de 1944, la Bandera Oficial de la Nación es la bandera con sol aprobada en el Congreso de Tucumán.
Sus colores están distribuidos en tres fajas horizontales, dos azules y una blanca en el medio, en cuyo centro se reproducirá el Sol figurado de la moneda de oro de ocho escudos y de la de plata de ocho reales que se encuentra grabado en la primera moneda argentina. El color del sol es el amarillo del oro.
En 1985 la Ley 23.208 establece que "tienen derecho a usar la Bandera Oficial de la Nación, el Gobierno Federal, los Gobiernos Provinciales y del Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, así como también los particulares, debiéndosele rendir siempre el condigno respeto y honor".

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

viernes, 9 de junio de 2017

FUTURO DE MENTE INTELIGENTE.

Objetivo: una mente mejorable. Consideramos la mente humana como algo maravilloso. Y en verdad hace cosas increíbles: es capaz de concebir una sinfonía como la Novena de Beethoven, la Teoría de la Relatividad, la jugada del gol a los ingleses. Pero también falla. Falla de manera sistemática y en aspectos que no son menores para nuestra vida. Un caso muy claro es el de las ilusiones ópticas: nos muestran una imagen de líneas que son iguales pero, por alguna razón, nuestra mente ve a una de ellas más larga que la otra. Nos explican que son iguales, nos las miden, nos cuentan por qué las vemos de diferente longitud. Luego de todo eso volvemos a observar. y vemos una más larga que la otra. En el marco de nuestro cerebro, la memoria es el proceso de guardar información que luego podamos recuperar. La capacidad de recordar es una función fundamental: sería imposible construir cultura sin ella. A primera vista podemos ya darnos cuenta de cuán raro es el funcionamiento de este sistema en el cerebro humano: podemos reconocer a un compañero de primaria a quien no vemos hace veinte años y olvidar dónde apoyamos las llaves, hace apenas diez minutos. No nos olvidamos de cómo andar en bicicleta, aunque lo hayamos aprendido de pequeños y no hayamos vuelto a practicar, pero nos hacen una interrupción breve cuando estamos hablando y no somos capaces de retomar el hilo. Quizás el déficit más notorio sea nuestra relativa lentitud: en el mismo tiempo que a nuestro cerebro le toma responder a la pregunta de cuánto es 2 más 2, el procesador con el que cuenta el celular que está ahora en tu bolsillo puede hacer varios millones de cuentas más complejas. Por estas razones, nuestra mente es, a la vez, maravillosa y profundamente mejorable. Hasta hoy, la idea de poder perfeccionar el funcionamiento de nuestro intelecto sonaba a premisa de una mala película de ciencia ficción. Sin embargo, hace unas pocas semanas el más brillante emprendedor actual, Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, anunció la creación de una nueva empresa llamada Neuralink que se propone hacer precisamente esto. Para ello, aspira a crear una red de electrodos que puedan implantarse en nuestro cerebro y nos permitan conectarnos con altísima velocidad a computadoras, redes u otros cerebros. El objetivo es poder agregar a nuestra mente funcionalidades y capacidades como las que disponen los ordenadores, mejorando nuestra memoria, conectándonos a internet directamente desde nuestra biología, dándonos acceso a un volumen casi ilimitado de información y permitiéndonos computar mucho más velozmente, entre otras habilidades asombrosas. Esta tecnología permitirá también una comunicación entre seres humanos enormemente más fluida de la que es posible hoy, donde un individuo debe codificar un mensaje en palabras, otro individuo debe leerlo u oírlo, y finalmente decodificarlo, en un proceso que además de ser lento produce innumerables malos entendidos. La idea resulta algo perturbadora. Después de todo, esas fallas tan idiosincráticas nos hacen ser quienes somos. La idea de integrar tecnología en nuestra mente, más allá de darnos capacidades extra, quizá cambie de manera radical la experiencia de ser humanos. Si estás pensando que seguramente falte mucho para que algo así suceda, parece que no tanto. Ya es momento de prepararse, dado que Musk espera tener un primer producto de este tipo en unos 8 a 10 años. Como dijo alguna vez el futurólogo Arthur C. Clarke: "Cualquier tecnología suficientemente avanzada resulta indistinguible de la magia". Informe de Jorge Luis Icardi. Fuente: Santiago Bilinkis. Para LA NACION. 9 de junio de 2017.